En la comunidad de La Pendencia, perteneciente al ejido San Antonio y La Pendencia, en la Cuidad del Maíz, en el estado de San Luis Potosí, fue realizado este proyecto de farmacia viva, con la finalidad de enseñarles cómo manejar su flora medicinal sustentablemente, proporcionándoles herramientas y técnicas que los lleven a alcanzar un desarrollo integral en términos de salud; ya que actualmente este ejido cuenta con servicios de salud oficiales insuficientes, aunado al alto costo del acceso a servicios médicos privados y al interés de los pobladores por sanarse naturalmente, por lo que están interesados en implementar la herbolaria como complemento para la conservación de su salud. Primeramente, se realizó un estudio etnobotánico mediante entrevistas a personas de la comunidad de La Pendencia. Posteriormente se estableció una farmacia viva comunal, en la que se plantaron 56 especies de plantas medicinales, en un predio comunal junto a la clínica ejidal, con un área de 165 m2, dividido en 10 secciones con un diseño por órganos y sistemas del cuerpo humano.
Del total de las 103 especies de plantas obtenidas en el estudio etnobotánico, la comunidad de La Pendencia mencionó un total de 67 plantas, que en cuanto a su origen de procedencia, 21 especies son nativas mexicanas como la Chaya (Cnidoscolus chayamansa), la Sangre de grado (Jatropa dioica), el Estafiate (Artemisa ludoviciana), etc. 45 especies son extranjeras originarias de varios países del planeta como el Ajenjo (Artemisa abstinium), la Albahaca (Ocimum basilium), el Romero (Rossmarinus officinalis), la Ruda (Ruta graveolens), etc. Y en vida silvestre dentro del ejido se pueden encontrar 46 especies de plantas medicinales, de las que 33 son nativas mexicanas como el Chaparro amargo (Castela tortuosa), Garabatillo (Mimosa aculeaticarpa), Yerba del sapo (Eryngium serratum), etc., y 13 son naturalizas en el Ejido San Antonio y La Pendencia como la Uña de gato (Uncaria tomentosa), la Verdolaga (Portulaca oleracea), el Palo azul (Cyclolepis genistoides), etc. Las propiedades medicinales del total de las plantas están relacionadas principalmente con problemas del sistema digestivo (50 %) y el resto con el sistema respiratorio, nervioso, cardiovascular, genitourinario, tegumentario, inmunológico y óseo muscular.
También se realizaron los talleres de remedios herbolarios a las mujeres del proyecto de la farmacia viva comunal de La Pendencia, con los que aprendieron a realizar pomadas, jabones, tinturas madre y microdosis como alternativa de uso de la flora medicinal. Las mujeres de La Pendencia han mencionado que han recibido resultados positivos y grandes beneficios al utilizarlos y promoverlos en el ejido.
Se realizó un manual herbolario con un total de 103 especies de plantas, incluyendo ilustración y la información de nombre común, nombre científico, botánica y ecología, propiedades medicinales, forma de uso y precauciones, para entregarlo a la comunidad de La Pendencia.
La farmacia viva es un sistema de manejo ambiental que surgió como la solución a la mejor manera de satisfacer las necesidades básicas del ser humano, que son la salud y hasta la nutrición, así como la conservación de los recursos naturales, todo sobre una base de sustentabilidad, ya que la farmacia viva capacita al ser humano para ser consiente y responsable del cuidado de su propia salud, y a la vez de mantener el equilibrio de la naturaleza con la que cohabita, creando un vínculo profundo y reconociendo que mantiene un intercambio de materia y energía permanente que lo hace dependiente de ella para mantener la vida.
La farmacia viva, hablando en términos agronómicos, al ser un policultivo tiene varias ventajas con respecto al monocultivo tradicional; ya que por su condición ecológica que reproduce el modelo del ecosistema natural de la región, proporciona cuantiosos bienes y servicios ambientales, como su producción multidiversa y accesible en todas las épocas del año y dentro de sus cualidades muestra una excelente adaptación al ambiente y mayor resistencia a plagas y enfermedades, reduciendo costos y facilitando así la práctica de la agricultura orgánica, lo que a su vez le confiere una mayor calidad al producto obtenido, siendo así los remedios herbolarios, de fácil preparación, una muy buena opción para el cuidado de la salud.
También la farmacia viva es, junto con el respectivo uso del manual herbolario, una herramienta de educación y culturización de la población humana en general en cuanto a la importancia de la ecología, del conocimiento, valoración y adecuado manejo de la flora medicinal de la región, así como para recuperar y valorar la sabiduría adquirida por nuestros antepasados y la gente mayor y que es una herencia para las generaciones futuras, mostrándose hoy en día más accesible gracias a la práctica etnobotánica, conocimientos que al presente continúan siendo vigentes y con mayor validez gracias al método científico dedicado a su investigación y que aún falta mucho por explorar.